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Póster promocional de la serie británica "Ripper Street" (Adam Rothenberg, MyAnna Buring, Matthew Macfadyen, Jerome Flynn).

El Londres de 1889 ha sido testigo de los crímenes de Jack el destripador. Jamás se detuvo al asesino y los habitantes de Whitechapel, foco de sus atrocidades, viven aterrorizados por su posible regreso. El inspector Reid y el sargento Drake se enfrentan a la sombra del asesino, presente en cada prostituta que amanece degollada en los callejones de la ciudad. La aparición de una nueva víctima amenaza con sembrar el caos en Whitechapel y echar por tierra el trabajo llevado a cabo por la División H de la Policía Metropolitana, liderada por Reid. Con la ayuda del Capitán Jackson, un forense americano tan experto como turbio, esperan demostrar que los casos no guardan relación y contener la histeria creciente.

Pese a las apariencias, Ripper Street (2012-2016) no trata del regreso no oficial de Jack el destripador. El punto de partida es la excusa para retratar el Londres victoriano, interesado por igual en casos truculentos fruto de una sociedad degenerada y empobrecida, la creación del mito (el poder de la prensa escrita) y su posterior normalización (vía folclore), la fascinación por la modernización que traía consigo el cambio de siglo y un trabajo de personajes excelente. El episodio piloto contextualiza la trama y con pocos trazos esboza hábilmente al cuarteto protagonista: Reid, Drake, Jackson y Susan Hart. Es una entrada potente que deja con ganas de más. Poco a poco, la serie abandona el carácter semiepisódico de las dos primeras temporadas e introduce tramas de largo recorrido que la convierten en una historia trepidante.

De izquierda a derecha: Capitán Homer Jackson (Adam Rothenberg), Inspector Edmund Reid (Matthew Macfadyen) y Sargento Bennet Drake (Jerome Flynn), personajes de la serie británica "Ripper Street".

Pese a tener un enfoque coral, al principio el inspector Edmund Reid (Matthew Macfadyen) es la puerta de entrada al universo de la División H. Es un adicto al trabajo que siente fascinación por el progreso tecnológico ―hubiera enloquecido de placer con Internet y la telefonía móvil―. Además, persigue cualquier indicio sobre el paradero de su hija Mathilda, a la que se dio por muerta meses atrás en el incendio de un ferry. Pero el inspector lo tiene claro: sin cuerpo no hay muerte que valga, y todos saben que no hay nada ni nadie capaz de desviar a Reid de su objetivo. Carga con la culpa de haber atendido a sus obligaciones profesionales antes que al bienestar de su hija y de su esposa, con quien atraviesa un periodo difícil.

El sargento Bennet Drake (Jerome Flynn) se crio en las calles de Whitechapel y ejerció como soldado en África a las órdenes del ejército británico. Esta exposición continuada a la violencia lo convierte en el hombre ideal para complementar los métodos poco expeditivos de su superior, Edmund Reid. Cuando el interrogatorio del inspector fracasa, Drake triunfa a tortazo limpio. Sin embargo, últimamente hay una pregunta rondándole la cabeza: ¿por qué debe ser siempre él quien se manche las manos?

Capitán Homer Jackson (Adam Rothenberg), personaje de la serie británica "Ripper Street".

El capitán Homer Jackson (Adam Rothenberg) tiene una serie de cuentas pendientes en su América natal que lo ha llevado hasta Whitechapel, donde ejerce como forense. También se sabe que sirvió en el ejército como cirujano y colaboró con la agencia de detectives Pinkerton: es tan capaz y versátil como un equipo entero de CSI, y se lo lleva TODO a la boca ―haría cualquier cosa por la ciencia, el muy temerario―. Semejante bagaje (sobre todo lo de la boca) lo convertirían en el mejor activo de la División H de Reid de no ser porque también empina el codo e ingiere sustancias como si no hubiera un mañana, se apostaría hasta la dignidad ―si ésta valiera algo―, siempre le parece buen momento para batirse en duelo de revólver y su compañía favorita son las meretrices del burdel regentado por Susan… su mujer.

Susan Hart (MyAnna Buring) no ve los deslices de su marido con tan malos ojos como la creciente relación de éste con las fuerzas del orden. ¿Acaso teme que el inspector Reid se acerque demasiado a ellos? Quien piense que oculta algo está en lo cierto, pues tiene más sombras que los tugurios de Whitechapel. Como es lógico, no ha acabado gozando de prestigio en un mundo de hombres por aplicar los métodos más nobles. Cada cual juega su mano con las cartas que le tocan y nadie duda de que «Long» Susan sea una jugadora de primera. Aunque bajo su apariencia desapegada late un alma caritativa, está a punto de aprender que el camino al infierno está sembrado de buenas intenciones.


“Save one life, save the world entire.”


Edmund Reid es uno de los personajes reales de Ripper Street, cuya carrera policial se vio marcada por la investigación de los crímenes de Whitechapel. Hay otros personajes basados en figuras históricas y es divertido intentar adivinar cuáles son y a partir de qué punto se dramatizan sus vidas. En este sentido, estamos ante fanfiction de altísima calidad, igual que sucedía en Black Sails: ambas series mezclan elementos reales y ficticios para explorar temas y adentrarse en nuevos territorios. El Reid real y el televisivo comparten el ser considerados genios de su época, atraídos por la ciencia, la tecnología, la filosofía y cualquier disciplina del saber. Así, la construcción del metro de Londres, el impacto de la fotografía o la guerra de las corrientes son algunos de los acontecimientos en que se ambientan los casos a investigar por la División H.

Excelente decoración de interiores de la serie británica "Ripper Street".

También se atiende a revoluciones sociales como la entrada de la mujer en profesiones que le habían sido vetadas (política, ingeniería, periodismo… casi cualquiera, en realidad), la alteración del tejido civil con la integración del gueto judío, o la eterna refriega entre británicos e irlandeses. Se sabe que los guionistas cazaban historias reales en los periódicos de la época (como cierto descarrilamiento de un tren de pasajeros) sobre las cuales pivotan los grandes arcos de algunas temporadas. Asimismo, cuenta con estrellas invitadas como Joseph Merrick, conocido como el hombre elefante por sus deformidades, o emplea las habilidades del capitán Jackson para presentar de forma amena avances como el impacto de la huella dactilar en medicina forense. Es una idea ambiciosa que, no obstante, está perfectamente ejecutada y lleva a la serie a concluir de forma natural en 1900.

Ripper Street arranca con episodios autoconclusivos que perfilan el Londres victoriano, pero poco a poco las historias personales le van robando protagonismo. La serie alcanza cotas de grandeza gracias a sus héroes ―ninguno lo es al cien por cien― y villanos. Pasarán décadas y Macfadyen no se habrá sacudido el sambenito de ser el mejor Darcy que ha existido (lo siento, Colin Firth, tu voz aflautada me echa para atrás). Conocéis a Jerome Flynn por encarnar a Bronn, el mercenario a sueldo de Game of Thrones ―le ofrecieron directamente el papel de Drake―. Aunque es posterior a Ripper Street, conocía a MyAnna Buring por The Witcher, donde creo que destaca entre un reparto ya de por sí apetecible. Adam Rothenberg es una cara nueva para mí, pero doy poca importancia al pedigrí: puede que mi personaje favorito ―va a ratos y no es fácil elegir― sea el forastero, un buenazo que no puede evitar echar una mano siempre que haga falta. En conclusión, no concibo otras caras para el excelente cuarteto protagonista.

Inspector Jedediah Shine (Joseph Mawle), personaje secundario de la serie británica "Ripper Street".
«I cannot be ended.» (Jedediah Shine)

La galería de secundarios también es excepcional: desde los casos individuales, la mayoría abrigados por intérpretes de renombre, hasta el excelso Jedediah Shine (Joseph Mawle), jefe de la División K y antagonista de honor del grupo. Cada aparición del inspector Shine vale su peso en oro, y en una reflexión a posteriori sorprende lo mucho que cala pese al relativo poco de tiempo de pantalla de su corrosivo personaje. Por otra parte, a menudo se usa el pretexto de que la mujer no dominaba la esfera pública ni estaba en el foco de la acción para desterrarla del relato. Ripper Street no descuida este aspecto y, aunque Susan sea «la mujer de la trama» también está Rose, una prostituta que aspira a algo mejor, la auténtica política Miss Cobden, Miss Goren y Hermione Morton, ambas fascinantes y de vuelta de todo pero en posiciones opuestas del espectro socioeconómico. Con pocas apariciones, todas componen personajes que quedan grabados en nuestra retina y ayudan a describir las múltiples realidades de la sociedad victoriana.

Sé que tiro de clichés, pero no hay nadie como los británicos para los dramas de época. Si además os atrae el género policial, yo en vuestro lugar no me la perdería: tiene 37 capítulos que se ven solos. Es más, afirmo sin dudar que Ripper Street es de lo más redondo que hemos visto en televisión y sin duda tiene un puesto en nuestro podio de la década 2010-2019. Podría justificarlo hasta el infinito, pero prefiero que la veáis y juzguéis por vosotros mismos ―en realidad, lo ideal sería que luego volvierais a comentar qué os ha parecido, pero me conformo con que le deis una oportunidad―. Cuando los astros se alinean y la sensación de perfección es tan palpable, de que todo está donde debe estar, solo puedes dejarte llevar y disfrutar del espectáculo.


REFLEXIONES DE BAR

  • ¡Menuda banda sonora! Que el tema principal hable por sí mismo:
  • He citado Black Sails, fantástica serie con la que creo que Ripper Street establece conexiones muy interesantes. Hay otra maravilla, la brutal The Shield (2002-2008), con la que comparte dogma: todos debemos pagar por nuestros pecados.
  • Pocas series sienten un amor tan desmedido por la belleza de las palabras y la cadencia de los sonidos, y a la vez cuenta con un grupo de intérpretes tan capaz para darle forma. Los diálogos y monólogos de Ripper Street son para enmarcar.
  • Es complicado desgranar Ripper Street sin caer en el saco de los spoilers. No obstante, los arcos argumentales de Susan, Reid y Drake son impresionantes por varias razones. También adelanto que las tres primeras temporadas tienen su propio final y la serie podría haber acabado ahí ―de hecho lo hizo hasta que fue repescada por Amazon tras su final/cancelación en la tercera―, pero hay que esperar a las temporadas 4 y 5 para que la serie despliegue su máximo potencial dramático y degustemos toda su profundidad.
  • ¿Recordáis que tiene 37 episodios? Si tuviera 36 y medio no pasaría nada (guiño a quienes la han visto completa). Ahí lo dejo.
Series: «Ripper Street»
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